viernes, 28 de abril de 2017

Cristianismo vs Capitalismo


Por Patricio Garibay.

Hoy en día el cristianismo en sus múltiples variantes cuenta con más de 2350 millones de personas que supuestamente siguen los lineamientos del hombre que naciera en Belén hace más de 20 siglos. En este sentido, en teoría Cristo sigue siendo la figura religiosa más importante en la actualidad al contar con el mayor número de fieles, pero ¿estos fieles en realidad son fieles?

El cristianismo hoy más que nunca sufre su mayor crisis, las religiones derivadas de la palabra de Jesús día a día están perdiendo la batalla no ante su antiguo rival, el islam, ni tampoco por alguna otra religión, ni por culpa del marxismo como se pensó en su momento. Hoy Cristo se ha convertido en uno de los personajes más recurrentes para el humor y el chiste en películas, revistas, pero sobre todo en redes sociales.
Cuando en los años 80s Juan Pablo segundo luchó con tenacidad feroz para destruir la fe en el comunismo, no pensó que como daño colateral, afectaría la propia fe en el cristianismo, a esos años se le llamó el fin de las utopías ¿y que puede ser mas utópico que vivir en la fe de Cristo? El papa no entendió o no quiso entender que el auténtico enemigo de la esencia cristiana estaba en el capitalismo y no en el comunismo.

Ya Galdós en su novela Nazarín describió la imposibilidad de llevar las enseñanzas de Jesús en un mundo tan injusto y tan imperfecto como el siglo XIX, imaginemos ahora, en estos días de consumismo delirante y búsqueda obsesiva de placeres. ¿Un joven promedio hoy en día puede llegar a comprender la filosofía y las enseñanzas de Cristo? Lo más seguro es que no, la avasallante publicidad capitalista en medios de comunicación es la antítesis del cristianismo, y del estoicismo, del epicureísmo, y de otras doctrinas filosóficas grecorromanas de las cuales el propio Jesús seguramente se nutrió. 

El capitalismo hoy y el cristianismo original son lenguajes completamente distintos que nada tienen en común.

Más que una cuestión religiosa es una cuestión de ética.

Las nuevas generaciones poco entienden de Cristo, la mayoría tienen una vaga idea y lo consideran como un símbolo trasnochado de moralina y promesa para ir al cielo, cielo que por cierto pocos creen en su existencia, mientras tanto las masas de personas que ingresan en toda la gama de nuevas religiones “Cristianas” lo hacen buscando la salvación del alma o para pedir mágicos milagros al “Señor” o su séquito de santos o ángeles y vírgenes. El valor ético de las enseñanzas cristianas es considerado muy poco, y al decir ética, entiéndase en el sentido estricto del término. 

Los preceptos de Jesús más importantes y en los que fue tremendamente claro fueron cuatro, que en resumen dicen.

1-No hagas a otros lo que no quieras que te hagan a ti-
Regla básica para la convivencia humana.

2-Perdonar a quien nos ofende.
La sicología moderna coincide en la importancia del perdón por el bien de la salud mental, y si para algunos resulta absurda la doctrina de poner la otra mejilla, no lo es tanto si volteamos a ver la lucha de Gandhi y el pueblo hindú en contra del imperio inglés, el imperio más poderoso del mundo en ese entonces.
La doctrina de poner la otra mejilla y perdonar a los opresores británicos, fue la única y efectiva herramienta que utilizó Gandhi para lograr lo imposible, que Inglaterra renunciara a su colonia mas preciada y aceptara su independencia.

3-Hay de aquel que dañe a un niño por que más le valiera no haber nacido.
Cristo además de mostrar con esto su gran sensibilidad, sabía bien que era fundamental la protección de los más débiles de la comunidad y futuro de esta que son los niños.

4- Es más fácil que un camello cruce por el ojo de una aguja a que un rico entre al reino de Dios.

En estas dos últimas Jesús fue claro e inflexible, y precisamente en estas, sus jerarcas católicos y protestantes se desentendieron de ese par de señalamientos del hijo de María pues el abuso sexual a niños y el gusto por el lujo en ellos ha sido escandaloso. Pero es el dinero donde más choca la filosofía del autentico cristianismo hoy en día, Jesús de Nazaret sin ser economista del ITAM o quizás precisamente por ello, sabía muy bien que la acumulación de la riqueza en pocas manos genera miseria y pobreza a la mayoría de la comunidad, según cifras del Banco Mundial, la pobreza en el mundo crece mientras que el dinero se concentra en muy pocas manos como nunca antes en la historia.

En Estados Unidos, donde sus gobernantes no dejan de mencionar a Dios en sus discursos viven los hombres más ricos del mundo, mientras que escondidos bajo el brillo del capitalismo subsisten veinte millones de pobres. Probablemente el “Dios” de los políticos norteamericanos al que hacen referencia sea el “Dios” del dinero. Y si de riqueza extrema y pobreza brutal hablamos, México, el segundo país católico más poblado del mundo, es el ejemplo más claro y lamentable de desigualdad, pues mientras viven seis de los hombres más ricos del mundo, existen 50 millones de pobres y 40 mil niños mueren al año por la desnutrición.

Lo cierto es que en estos momentos el capitalismo sostiene una guerra contra el cristianismo, y no se trata de una conjura secreta, sino simplemente es la dinámica del capitalismo que todo termina “comprando” (corrompiendo). 

En este siglo XXI la promesa de felicidad esta en Nexflix, en tener el mejor de los iphones, en poseer un auto lujoso, o en tener un cuerpo de modelo de revista. Las utopías políticas, económicas, espirituales, o de fraternidad universal son ya cosas pasadas de moda, el individualismo, la vanidad y la avaricia desplazan al Cristo con su facha anacrónica y su mística incomprensible para mujeres y hombres que de pronto cambiaron los templos por las plazas comerciales.

La fascinación por la violencia se ha vuelto negocio en la pornografía, juegos de video, cine y lo que queda de la televisión, hace evidente la decadencia civilizatoria a la que nos ha llevado el capitalismo salvaje.

Con todo lo anterior, no intento hacer una apología del cristianismo, lo que pretendo es hacer una reflexión de como el capitalismo termina por domesticar, frivolizar, o aniquilar a todo lo que se interponga en su camino.

Hoy, gran parte del mundo huérfano de utopías, está detenido, pues como menciona Eduardo Galeano, -Las utopías son para perseguirlas, para caminar.- Así, la humanidad al quedar desprovista de ellas, se ha estancado en su avance espiritual y ético, por lo que el futuro es sombrío. 
Para www.visionalterna.net

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